Si Yo fuera…

 científic@

La vacuna del amor

Lucía A., Una Científica Atómica

Si yo fuera científica inventaría la vacuna contra la guerra. Vacunaría a todos los bebés nada más nacer y así ya no pasarían nunca esa enfermedad. Nadie tendría ganas de pelear, de enfadarse, de discutir, y no habría ninguna guerra y todos viviríamos en paz. La vacuna la inventaría mezclando grandes dosis de amor a los demás, átomos de cariño, alguna molécula de paciencia, de tranquilidad, buenas dosis de amistad, bondad y un poquito de ternura, ¡ah, se me olvidaba! y una cucharada bien grande de simpatía.

La vacuna se inyectaría cerca del corazón de cada niño y no tendría ningún efecto secundario, al contrario, nada más ponerla, ya se notaría que va haciendo efecto, los niños se volverían más alegres y buenos. Desde ese momento, se destruiría en ellos cualquier sentimiento o pensamiento malo que pudieran tener.

La vacuna se pondría en los hospitales y haría una cantidad muy grande de vacuna para que llegara a todos los hospitales del mundo y no se quedara ningún niño sin vacunar.

La pena es que esta vacuna sólo se puede poner a los niños recién nacidos porque los mayores ya han pasado esta enfermedad y no podrían vacunarse porque no les haría efecto, así que habría que esperar unos años para que los efectos de la vacuna alcancen al mundo entero.

La vacuna del amor. Dibujo realizado por Lucía A.

 
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La receta perdida

María E., Una Científica Atómica

Si yo fuera científica inventaría una poción que con solo tocarla pudieras volar y ser inmortal y así el mundo explorar.

Si yo fuera científica convertiría la guerra en paz, la mentira en verdad y la maldad en bondad.

Si yo fuera científica, seria genial estudiando estrellas y jugando con ellas.

Si yo fuera científica para mi ese seria un mundo ideal, estudiando, charlando, trabajando y observando.

Si yo fuera científica inventaría la vacuna contra la guerra y el antibiótico del amor.

Pero… ¡horror! Acabo de recordar que para el antibiótico fabricar, una receta he de encontrar.

Busqué y busqué, pero la receta no encontré y de repente ¡qué bien!. Me vino la inspiración y me acordé:

1º. 3 kilos de emoción, alegría y amor.

2º. 796 gramos de ilusión, con un toque ácido para que no haya efectos secundarios.

3º. 1 tonelada de meditación. 

4º. 6 litros de agua.

5º. 8.789 gramos de frescor.

Y… ¡listo!

Espero que esto y mucho más sirva para ayudar a los demás.

La receta perdida. Dibujo realizado por María E.

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La cápsula y la pócima

Mª Ángeles N., Una Científica Atómica

Si fuera científica inventaría una cápsula para ayudar a Japón. Cogería toda la radioactividad y la metería en la cápsula y así no la tirarían al mar y no contaminaría más.

También inventaría una pócima para ser buena persona. Echaría una gotita y ya no habría más guerras, más discusiones, ni nadie mataría a nadie.

¡Sería genial!

Porque lo importante en la vida es ser buena persona y ser feliz.

La cápsula y la pócima. Foto: Los Científicos Atomicos

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La ducha mágica

Alejandro M., Un Científico Atómico

Si yo fuera científico inventaría una ducha mágica.

Cuando cayera el agua iría acompañada de un líquido fantástico.

Todas las mañanas me ducharía y en clase me saldría todo muy bien.

En el recreo haría que todos los niños tuvieran amigos. Después de probar yo la ducha se la regalaría a todos los niños del mundo.

También sirve para los padres, se ducharían por las mañanas y cuando vayan al trabajo les saldría todo muy bien y el jefe no les despediría del trabajo.

La ducha mágica. Dibujo realizado por Alejandor M.

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El motor de agua

Carla F., Una CientíficaAtómica

 

Si yo fuera científica inventaría un motor de agua. El coche tiene un aparato que hace que el agua funcione como la gasolina. Las ventajas que tiene es que no contamina y cuesta poco dinero su mantenimiento, tiene un sensor que abre unas trampillas y acumula el agua de la lluvia en un depósito para no utilizar el agua de los ríos.

El motor es muy ligero porque está hecho de plástico y alumnio y no desprende calor.

Otra ventaja de funcionar con agua es que enfría todo el automóvil y no necesita aire acondicionado.

Cuando no llueve tiene instalados unos paneles solares que nos permiten acumular energía solar.

El motor de agua. Dibujo realizado pro Carla F.

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Un cerebro fotocopiado

Guillermo S., Un Científico Atómico

 Si yo fuera científico inventaría una máquina que volviera inteligente a todo el que quisiera. Cogería al chico más listo del mundo y le metería en el cerebro una microfotocopiadora. Cuando haya copiado toda su inteligencia, lo pasaré a un pendrive especial y haré los planos de un cañón de rayo láser que no haga daño al cuerpo.

Y por último, meteré toda esa información al cañón láser y a los que alcance con el trazador de láser serán super-inteligentes, buenas personas, cariñosos … y además sería una cura para los discapacitados.

Un cerebro fotocopiado. Dibujo realizado por Guillermo S.

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